Metallica emergió en los ochenta, como una de las nuevas estrellas del metal. La advenediza banda consistía en James Hetfield (voz/guitarra), Kirk Hammett (guitarra), Lars Ulrich (batería) y Cliff Burton (bajo), y estos cuatro jinetes llegaron a lo más alto de las fuerzas del metal gracias a álbumes como, “Kill Em All”, “Ride The Lightning” y “Master Of Puppets”. Todo iba bien para la banda, pero el 27 de septiembre de 1986, en medio de una gira europea, la tragedia golpeó la puerta. El bajista de Metallica Cliff Burton, fallecería.
En la autobiografía de Scott Ian, guitarrista de Anthrax, hay un extracto donde narra lo sucedido. Anthrax se encontraba girando con Metallica. A continuación su testimonio:
“Tuvimos un día libre, y después fuimos agendados para tocar 27 shows más con Metallica por Europa. La primera fecha fue en Lund, Suecia, el 24 de septiembre, y esa fue una buena tocata porque nadie nos escupió, y todos amaron a las dos bandas. Al día siguiente tocamos en Lillestorm, Noruega, para cerca de 4 mil personas, y también estuvo increíble. Después volvimos a Suecia para tocar en Solna, cerca de Estocolmo. Ese fue el último show de Cliff.
Era un tipo de gimnasio grande, que albergaba a miles de fans. Normalmente nos quedamos todas las noche para ver a Metallica, y cuando terminaban, compartíamos, nos reíamos, en fin. Luego nos íbamos todos a la próxima ciudad. Viajábamos en bus, lo que hacía que los trayectos fueran más fáciles, pero esa noche decidimos irnos más temprano porque las carreteras estaban con mucho hielo. Hubo una tormenta, y nuestro conductor quería ir a Copenhague lo antes posible para evitar que la carreteras se congelaran. Nos quedaba un mes más con Metallica, así que todo bien, ningún problema. Los vimos después de nuestro show, y les dijimos ‘nosotros nos vamos. Nos vemos mañana en Dinamarca’.
Llegamos a Copenhague cerca de las 9:30 de la mañana, y nos bajamos del bus. Teníamos reservas en un hotel porque teníamos libre al día siguiente. Cuando llegamos al hotel, estábamos bien enfiestados. Mientras caminábamos por el lobby a la recepción, vi a nuestro tour manager hablando con un tipo, así que levanté mi mano y dije ‘Hola Mark, que sucede?’. Luego vi su rostro consternado, en shock, palideció y se le veía muy asustado. Algo no estaba bien.
El productor del show de esta noche, dice que hubo un accidente”, me dijo. “El bus de Metallica chocó camino acá”. Luego hizo una pausa, y cuando volvió a hablar, tuvo que forzar las palabras, ya que no podía articular mucho. “Cliff murió en el accidente. Todos los demás están bien. Lars tuvo lesiones leves y fue trasladado a un hospital”.
Mi cerebro empezó a dar vueltas como un giroscopio, repetía la frase, ‘Cliff murió en el accidente”, una y otra vez. Después de lo que me parecieron 5 minutos, y probablemente no fueron más de 10 segundos, moví mi cabeza y dije, “realmente? Realmente crees eso??!”. Estaba totalmente en la negación. ‘No puede ser, quizás celebraron demasiado, están con una resaca endemoniada y se les olvidó reportarse, entonces inventaron está loca historia. Todos nos reímos de eso después”.
Todo parecía probable, menos que su bus haya chocado y que Cliff estuviera muerto. Nunca había escuchado algo así antes, que un bus chocara y consecuencia de esto falleciera un integrante de una banda. Parecía completamente irreal. Cuando estás en esta burbuja de las giras, y todo va saliendo bien, te sientes invencible. Algo así estaba lejos de toda posibilidad real. Le pregunté al promotor, ‘Estás seguro?”
“Si lo estoy”, respondió.
No sabía que decir, no quería creerlo. Pero la realidad me golpeó en la cara. La gente a nuestro alrededor comenzó a hablar de lo sucedido. Los fans llegaron al hotel para manifestarnos su apoyo. De alguna manera todos se enteran dónde te estás quedando, y había una multitud en la calle. Mark recibió un llamado de que James y Kirk iban camino al hotel. A Lars lo habían dado de alta, se quebró un tobillo, pero estaría bien. Tenía familiares en Dinamarca, así que descifre que los iría a ver.
Mark preguntó si nos íbamos a quedar en el hotel para estar con Kirk y James. Por supuesto que nos quedamos. Nuestro amigo estaba muerto, y nuestros otros amigos estaban desechos. Era de locos. Un par de horas después llegaron James y Kirk. James estaba profundamente sedado y ebrio al mismo tiempo. Kirk dijo que los doctores le habían dado un montón de sedantes porque estaba volviéndose loco, pero no lo pusieron a dormir, así que siguió bebiendo. Estábamos todos juntos en una habitación, y James seguía bebiendo lo que fuera; Cerveza, vodka, whiskey, cualquier cosa que estuviera a su alcance.
Kirk estaba bastante borracho, pero estable. Nos contó lo que había sucedido. No estaba despierto cuando el bus chocó. Todo lo que supo fue que de repente fue lanzado como un muñeco de trapo dentro de una centrífuga. Luego paró y salió del bus y todos estaban gritando. Todo era tono negro. Nos empezamos a contar uno a uno, para asegurarnos de que estuviéramos todos, pero nadie podía encontrar a Cliff. Y después vieron sus piernas asomadas bajo el bus y perdieron la cordura. No me quiero ni imaginar cómo tiene que haber sido eso, y tampoco quiero saber. Incluso a la fecha, es difícil para mi cerebro computarlo.
De repente James comenzó a llorar y a gritar, Cliff!! Cliff!!, luego se tornó destructivo. Pateó lámparas y arrojó botellas. Frankie (Bello, bajista de Anthrax) y Charlie (Benante, baterista de Anthrax), se miraron entre sí, y sin decir una palabra decidieron sacar a James del hotel para que no fuera arrestado. No les importó que Cliff estuviera muerto. Solo querían prevenir que su lugar terminará destrozado. Los dos llevaron a Hetfield a caminar, pensando que se podía calmar. Yo me quede adentro con Kirk. Podíamos escuchar a James afuera gritando el nombre Cliff una y otra vez. Estaba completamente desconsolado. Me quedé con Kirk un rato más. Finalmente se estaba quedando dormido. “Me voy a dormir, no creo que los vea en la mañana”. Viajaban a primera hora a San Francisco..
Me quedé en el pequeño departamento de James en San Francisco por unos días, creo que fueron cuatro. Compartí con Metallica, y después fuimos al funeral. Conocí al baterista de Faith No More, Mike Bordin, por primera vez, y a su guitarrista Jim Martin, ambos eran muy buenos amigos de Cliff. Nos fuimos luego a la casa de Kirk, donde estuvimos horas y horas bebiendo cerveza y conversando. Esos tipos ya estaban intentando figurar que hacer después.
Al cabo de unos días, estábamos sentados en casa de Kirk, bromeamos todo el rato. Alguien dijo, “Vayan a buscar a Lemmy (Kilmister, Motrohead)”. Estábamos solamente sugiriendo nombres para distender un poco el ambiente y no estar tan deprimidos. Bebíamos y contábamos historias de Cliff. Era tan surrealista. Solo esperaba que entrara a la pieza y dijera, “Ja ja ja, se la creyeron muchachos!!”. Era algo que Cliff haría, tenía un humor muy particular.
Después Metallica comenzó a probar bajistas. Pensé que Joey Vera de Armored Saint se quedaría con el puesto. Es un gran bajista y eran amigos, así que era un candidato más que obvio. Pero optó por quedarse en su banda, que le estaba yendo bastante bien. Tenían dos discos con Chrysalis, estaban próximos a grabar “Raising Fear”. Luego me enteré que le habían ofrecido el trabajo al bajista de Flotsam and Jetsam, Jason Newsted. Michael Alago, quien firmó a Metallica para Elektra, fue el que me dijo que nunca había escuchado a Flotsam and Jetsam. Yo le dije, “Jason quien??”.
Al final hablé con Kirk, y me dijo, “Si, Jason es un gran tipo. La está rompiendo. Se ajusta perfectamente bien, y nos llevamos de maravilla. Creo que vamos a volver a Europa e intentar hacer unos shows allá. Ojalá ustedes puedan acompañarnos”.
Esperé que funcionara y así fue. Cuando Metallica hizo los shows en Europa, que habían cancelado por el fallecimiento de Cliff, volvimos con ellos, y estaban absolutamente triunfantes, o al menos así lo percibí yo. Lo sentimos como una victoria, una que sacamos desde la mismísima mandíbula de la derrota”.