Ozzy Osbourne no se despertó el 19 de febrero de 1982 decidido a meterse en problemas. ¿O sí? Bueno, esa tarde el Madman no encontró nada mejor que orinar un atesorado monumento en San Antonio, Texas. Simplemente obedeciendo a los llamados de la vida de un rockstar, de fiesta en fiesta y después de varias copas, salió a deambular por las calles vestido de mujer, ropa que extrajo del armario de Sharon (ella misma le escondió la ropa a Ozzy para evitar que saliera). En un momento el icono del metal pisó mal y cayó al suelo. Pero rápidamente se puso de pie en su afán de vaciar su inflamada vejiga. No tenía idea que estaba parado sobre un cenotafio (monumento funerario dedicado a alguien que está enterrado en otro lugar), de 18 metros de altura, localizado directamente al otro lado del edificio Alamo. Cresta! Ozzy apenas sabía en qué ciudad se encontraba y menos donde se estaba quedando. Contrario a las creencias populares, Ozzy técnicamente no orinó el mismísimo edificio Álamo, orinó en la plaza del inmueble, y eligió un lugar bastante malo.
El monumento fue construido en 1939 en honor a los fallecidos cuyos restos estaban en cualquier parte y ninguna autoridad de la época se hizo cargo. El Alamo, después de todo, es el escenario de una famosa batalla que se llevó a cabo en 1836, durante la lucha de los estados americanos por alcanzar su independencia y la histórica referencia que simboliza el orgullo tejano.
La policía arrestó a Ozzy, quien pasó parte de una tarde en una cárcel local por los cargos de intoxicación pública. Fue puesto en libertad tarde ese día, previo pago de una modesta fianza, y pudo presentarse en el Convention Center Arena de la ciudad.
Si bien la multa no debilitó mayormente las arcas económicas del músico, se le prohibió tocar en San Antonio hasta 1992, instancia que aprovechó para pedir disculpas públicas a la ciudad donando 10 mil dólares a las hijas de la República de Texas, organización que mantiene el Álamo. La ciudad lo perdonó y Ozzy tocó dos noches en el Freeman Coliseum el 1 y 2 de octubre.
“Todos hemos hecho cosas en la vida de las que nos arrepentimos”, dijo Ozzy. “Estoy profundamente honrado que la gente de San Antonio encontró en sus corazones que me quieren de vuelta. Espero que esta donación demuestre que he crecido”.